Es la época de las alcachofas, una verdura de invierno que es durante estos meses cuando podemos disfrutarla más que nunca. ¿Quieres saber por qué debes comerla? Vegasana te trae unos consejos.
La alcachofa es una verdura muy nuestra, que procede del Norte de África, pero ya estaba extendida por toda la cuenca mediterránea en tiempos del Imperio Romano. Es más, su nombre es el de una joven a la que Zeus sedujo para luego convertir en alcachofera.
De sus propiedades culinarias no hace falta que te hablemos. Si estás leyendo esto es porque probablemente te guste un buen guiso realizado con ellas, o gustes de picar algo de jamón sobre tiernos corazones de alcachofa. Lo que quizá no sepas, es que además es una planta de lo más sana.
Para empezar, tiene muy pocas calorías. No es de extrañar, por tanto, que tantas dietas la incluyan como comida habitual. Además, sus ácidos ayudan a mantener o disminuir los niveles de colesterol en la sangre.
Favorece la digestión de las grasas, y al ser un alimento diurético ayuda a que no retengamos líquidos. Como es rico en fibra, se une a todo lo anterior para favorecer nuestra digestión, y es muy recomendable como alimento cuando tenemos problemas de estómago.
Desde hace mucho tiempo, los médicos la usan como aliado natural para combatir los problemas del hígado como la cirrosis o la hepatitis. A la ayuda a la digestión, que hace que este órgano trabaje menos, se suma la inulina, uno de los componentes de esta planta, que es un regenerador de las células del hígado, por lo que no sólo previene las enfermedades, sino que también ayuda a que nos recuperemos de ellas.
También ayuda a producir más bilis, lo que hace que la vesícula se vaya limpiando y no se formen piedras biliares.
Los diabéticos saben que esta verdura es un alimento que no debe faltar en su despensa, ya que reduce los niveles de azúcares en la sangre.
Por si todo lo que llevamos dicho fuese poco, es un aliado contra varios tipos de cáncer. Si ya al favorecer la digestión favorece que los órganos del aparato digestivo permanezcan sanos, además favorece que nuestra flora intestinal sea adecuada, y no deje sitio a la aparición de bacterias y tumores.
Y a otros niveles, su alta concentración de magnesio ayuda a relajarnos, y también son ricas en hierro.
Si quieres aprovechar éstos y otros beneficios de la alcachofa, te damos un consejo: cómelas crudas en una ensalada, o bien preparadas como lo hace VegaSana De esta forma aprovecharás todos sus nutrientes, y seguro que estarás durante mucho tiempo sano como una roca.
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